El aumento de la tasa de paro, prácticamente en todos los grupos de edad, se ha tornado en una posibilidad de reeducación y formación para quienes han perdido su empleo. Muchas personas acuden a Cáritas Diocesana de Tenerife en busca de orientación y apoyo para formarse a través de diversos cursos o iniciativas y optar a puestos de trabajo.
En este marco social, la entidad humanitaria ha comenzado a desarrollar un nuevo proyecto en La Guancha para instruir a un grupo de 15 personas en conocimientos prácticos y especializados en los servicios de cocina básica y restauración. Dos actividades en las que existe un incremento de demanda de personal cualificado y en las que muchos desempleados ven su futuro laboral.
La puesta en marcha de este curso de Cocina Básica Profesional se encuadra en el proyecto Barrios por el Empleo: juntos más fuertes, que tiene como objetivo mejorar la empleabilidad y generar nuevas oportunidades para la inserción laboral de personas que están en situación de exclusión social o en riesgo de padecerla.
Financiado por el Cabildo de Tenerife, la iniciativa cuenta con la participación de Cáritas Diocesana de Tenerife, Cruz Roja, la Fundación Don Bosco y la Fundación General de la Universidad de La Laguna. Entre todas ellas, gestionan un total de 13 centros o nodos repartidos por distintos puntos de la Isla, que abarcan todas las comarcas y en los que se ofrece un servicio integral para promover un empleo estable y de calidad en el marco local.
Verónica Suárez es técnica del Programa de Empleo de Cáritas Diocesana de Tenerife, junto a María Gutiérrez, prospectora laboral, y María Socas, coordinadora del Proyecto, forman parte del equipo que dinamiza la actividad que desarrolla Barrios por el Empleo en el nodo de La Guancha, que abarca desde San Juan de la Rambla hasta Icod de los Vinos; los otros nodos de Cáritas Diocesana de Tenerife se encuentran en Añaza, y Güímar, que engloba los municipios de Candelaria y Arafo.
Según explica Verónica, las acciones formativas surgen de un diagnóstico previo del mercado local, en el que se tiene en cuenta la demanda de empleo existente y el perfil de las personas que se atienden en cada uno de ellos. Fruto de este análisis previo surgió el citado curso que, tras su paso por La Guancha, se espera impartir en otros centros. El curso, que comenzó en julio y finalizará en septiembre, consta de 270 horas que incluyen prácticas no laborales en empresas. Esta formación en cocina está siendo impartida por Roberto González y cuenta con la colaboración de Simón González de forma voluntaria, quien comenta que “la formación es la misma que la que se da en un centro de Formación Profesional, condensando al máximo los contenidos para un aprendizaje lo más completo posible”.
En este sentido, ambos docentes subrayan la satisfacción personal que supone ver cómo mejoran considerablemente su nivel de empleabilidad y, por tanto, aumentan sus posibilidades de quedarse en las empresas, algunos de ellos incluso al finalizar las prácticas no laborales.
Orientación laboral
Por otra parte, se oferta un servicio de orientación laboral, en el cual se hace un itinerario de inserción personalizado y un seguimiento de la evolución profesional a posteriori de la realización de la actividad formativa.
Verónica Suárez, incide en las posibilidades que ofrece el curso para “demostrar los conocimientos adquiridos y el desempeño de la profesión en el puesto de trabajo, lo que facilita las posibilidades de inserción de la persona participante”.
Junto con el Curso de Cocina Básica, Cáritas Diocesana ha emprendido en La Guancha diversos proyectos en formación de competencias para el empleo, que promueven la adquisición de conocimientos, como la orientación al cliente o la autonomía en el puesto de trabajo. Además, Verónica Suárez, explica que en el último año se han realizado otros cursos relacionados con la informática, la manipulación de alimentos y la de productos fitosanitarios.
-Un dato importante a tener en cuenta es que el 33% de los hombres y el 66% de las mujeres que pasaron por los programas de inserción consiguieron un contrato.
-El perfil de los participantes corresponde, en líneas generales, con personas que poseen una baja cualificación o formación y llevan más de dos años buscando empleo. Así, el informe estadístico de los resultados obtenidos por la iniciativa en los meses de enero a junio revelan que tres de cada cuatro personas que participan en el proyecto son mayores de 35 años de edad, entre los que hay una ligera mayoría de mujeres, que representan el 54,3% de las personas atendidas. Otra cuestión significativa es que más de la mitad de los participantes, en torno al 52%, son demandantes de empleo desde hace más de dos años.
-Un aspecto más a destacar es la escasa formación de las personas que se han acogido al proyecto. En este sentido, se desprende que el 28% del total carece de estudios, el 30% tiene el graduado escolar y el 40% posee estudios básicos y medios, mientras que apenas el 2% de los beneficiarios de esta experiencia cuenta con estudios superiores.